Las instituciones reunidas en la RED DE TOXICOLOGÍA DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
(RETOXLAC) suscriben la presente ALERTA, ante el riesgo que significa para la salud de las
personas, el consumo del producto químico dióxido de cloro ó clorito de sodio, comercializados a
través de redes sociales o vendidos en línea, como preventivos y/o curativos de la COVID-19.
Estos productos se promocionan como MMS (Miracle Mineral Solution) o CDS (Solución Dióxido
de Cloro), entre otros nombres de fantasía, son vendidos y presentados como "medicamentos"
para el tratamiento de diversas patologías, incluida la COVID-19, sin contar con evidencia
científica que apoye su uso, eficacia, ni seguridad. El dioxido de cloro es tóxico por vía oral, por
inhalación y al contacto con la piel.
La ingesta de dióxido de cloro, clorito de sodio o productos relacionados, puede provocar
irritación y quemadura química de las mucosas de la boca y el tubo digestivo, distintos cuadros
gastrointestinales, en ocasiones severos, con dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea,
además de ocasionar trastornos hematológicos (metahemoglobinemias, hemólisis, etc.),
cardiovasculares y hepato-renales, entre otros; existiendo registros de casos en distintos
Centros de Intoxicaciones de nuestra región. La exposición a los gases que se desprenden del
dióxido de cloro, por su elevado poder oxidante, puede dañar tejidos a nivel ocular o de las vías
respiratorias, ocasionando irritación de los ojos, de la nariz, de la garganta, con sangrado nasal,
alteraciones de la voz, broncoespasmo y según la concentración, neumonitis química o edema
de pulmón.
Estos agentes químicos están autorizados sólo para uso sobre superficies, como blanqueadores
durante la fabricación de papel, fibras textiles o para la desinfección de edificios o como agentes
antimicrobianos en soluciones acuosas para lavar frutas y verdura; en el agua de procesamiento
de aves de corral y en la potabilización de agua, en dosis que no superan los 0.8 ppm;
concentración de dióxido de cloro que es miles de veces menor a las promovidas como medicina.
Un riesgo adicional, en la región, es la preparación artesanal, a partir de clorito de sodio, con
agregado de un ácido, que pueden desprender peligrosos gases y alcanzar concentraciones aún
mayores a las permitidas para la potabilización del agua, siendo por lo tanto mucho más tóxicas,
que el producto original.
Ante esta situación, como sociedades científicas y entidades de asesoramiento, asistencia y
docencia en toxicología, alertamos a la población sobre el riesgo que implica el ingerir o inhalar
cualquiera de estos productos, los que ponen en peligro la salud de las personas que
inadvertidamente lo pueden consumir, quedando expuestas a estos desinfectantes de elevado
poder oxidante, generando daño directo sobre la estructura de los tejidos.
Por lo expuesto, es que:
La Red de Toxicología de América Latina y el Caribe (RETOXLAC) recomienda NO INGERIR
este tipo de compuestos químicos, que se comercializan por fuera de los canales farmacéuticos
normales, que NO SON medicamentos y NO cuentan con la aprobación de autoridad sanitaria
alguna, ni de agencias de salud como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los
Estados Unidos (FDA por su sigla en inglés), ni por agencias internacionales como la Agencia
Europea de Medicamentos (EMA), al no ser seguros, ni contar con ninguna evidencia que
muestre su efectividad para prevenir, aliviar o curar la COVID-19, ni otras enfermedades, además
de poner en riesgo la salud de las personas que lo pueden llegar a consumir.
RETOXLAC recomienda NO consumir dióxido de cloro (ClO2) N° CAS: 10049-04-4, ni clorito de
sodio (Na2ClO2) N° CAS: 7758-19-2, ni ningún producto derivado, para el tratamiento o profilaxis
de la COVID-19, ni de ninguna otra enfermedad.
Finalmente insistimos que la mejor medida de prevención de la COVID-19, producida por el virus
SARS-CoV-2, es el uso de la mascarilla facial doble y respetar las disposiciones que las distintas
autoridades de salud dispongan, validadas internacionalmente y que han mostrado ser útiles
para controlar el ciclo de transmisión del nuevo coronavirus, responsable de la actual pandemia
que nos afecta:
1. Mascarillas facial dobles: barrera física que cubre nariz, boca y mentón, que disminuye
sustancialmente el riesgo de contagio;
2. Mantener distanciamiento: 2 metros entre personas;
3. Minimizar contactos: evitar aglomeración de personas; también los encuentros y las
conversaciones con personas que no formen parte de su núcleo familiar y que no utilicen
tapabocas;
4. Maximizar ventilación: preferir espacios abiertos y bien ventilados (con una entrada y
una salida de aire en forma permanente);
5. Manos limpias: lavar frecuentemente las manos al menos durante 30 segundos con
agua y jabón, o con un gel o solución hidroalcohólica;
6. Me quedo en casa si tengo síntomas e informo a la entidad de salud responsable de
mi atención médica o a la autoridad asignada para iniciar las pruebas y controles
correspondientes.