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21/01/2019

Disfrutemos del sol saludablemente



Llega el verano y para la mayoría de la población llegan las esperadas vacaciones.
A continuación, se exponen algunos consejos para los que eligen la playa como lugar de recreación.

Es importante tener en cuenta que no todas las pieles se comportan igual bajo el sol.
Las pieles claras (fototipos I y II) son las que mas cuidados deben tener. Son aquellas pieles a las que les cuesta “broncearse”, y por lo tanto esas personas son proclives a estar más tiempo para obtener el tan deseado “color”. Habitualmente se ponen muy rojas y se broncean poco.
Otros factores importantes a tener en cuenta son la presencia de ciertos lunares y la ingesta de determinados fármacos que potencian el efecto de la radiación solar.
Entonces, así como llevamos el auto para chequear que esté bien, lo ideal sería ir al dermatólogo para hacer un diagnóstico de tipo de piel y de posibles factores que puedan desencadenar inflamaciones importantes de la piel y frustrar el placer de las vacaciones.
Se sugieren algunos consejos generales a la hora de exponerse al sol:
Evitar hacerlo entre las 11:00 y las 16:00 horas.
Considerar que el factor de protección solar (FPS o SPF) deberá ser por lo menos de 30.
Ponerse una buena cantidad de protector, sobre todo en aquellos lugares que siempre son olvidados: orejas, dorso de las manos y de los pies, y cuello.
Utilizar el mismo factor en todo el cuerpo.
Usar el mismo factor a lo largo del tiempo; es habitual que uno comience las vacaciones poniéndose un factor alto, y luego vaya bajando a medida que se va bronceando. Esto no es adecuado, ya que el bronceado equivale a un factor de protección 4, por lo que no protege contra futuras agresiones.
No dejar el protector solar mucho tiempo en el sol, ni destapado. Chequear la fecha de vencimiento.
Usar ropa adecuada: prendas con manga larga, y pantalones y/o sombreros con ala ancha.
Hidratación: además de evitar la deshidratación tan común en verano, tomar agua permite mantener la hidratación que la piel necesita para verse suave. Para mantener la piel hidratada por fuera lo ideal es utilizar una loción refrescante en spray, que se pueda utilizar durante el día.
Procurarse una alimentación adecuada.
Evitar el contacto directo de la piel con perfumes, ya que pueden ser fotosensibilizantes.
Tratar de no estar en contacto con ciertas plantas como la ruda y el malvón. 
¿Quiénes son los que corren mayores riesgos al exponerse al sol?
Los niños menores de 6 meses, ya que no pueden usar protector solar, porque se absorbe a través de la piel y el niño no está preparado para eso.
Los niños menores de 1 año, ya que, si bien se les pueden poner protector solar para alguna exposición solar ocasional, no es recomendable que pasen por esto. Deben usar sí o sí formulaciones para niños, que al tener más filtros físicos que químicos son más seguras.
La gente que tiene antecedentes familiares o personales de cáncer de piel.
Aquellos que tienen cáncer en general, ya que el sol disminuye las defensas.
Las personas que toman ciertos medicamentos fotosensibilizantes (diuréticos, remedios para la presión, psicofármacos, antibióticos) que sensibilizan la piel, y pueden sufrir quemaduras.
Quienes tienen enfermedades fotosensibles como el lupus.
Los que estén con alguna infección activa en la piel.
Las personas que tienen muchos lunares.
Agotamiento por calor y golpe de calor.
¿Qué son el agotamiento por calor y el golpe de calor?
Son trastornos ocasionados por el aumento de la temperatura del cuerpo como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad, o por el esfuerzo físico intenso (ejercicios) en altas temperaturas. 
En estas situaciones el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura, se produce un agotamiento del mecanismo natural del sudor y hay un desajuste del centro cerebral que controla la temperatura corporal. Si esto sucede se produce el agotamiento por calor, y de persistir las circunstancias se desata el golpe de calor.
El golpe de calor es una forma grave de lesión por calor; en él la temperatura del cuerpo alcanza y hasta supera los 40 grados.
Síntomas de ambos:
Es muy importante estar alerta a los síntomas de estos trastornos; por eso ante el menor indicio se debe consultar al médico y tomar conductas activas.
El agotamiento por calor es un estadio previo al golpe de calor; es importante saber reconocer sus síntomas para prevenir una situación mas grave:
Sudoración excesiva.
En los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal (sudamina).
Piel pálida y fresca.
Sensación de calor sofocante.
Sed intensa y sequedad en la boca.
Calambres musculares.
Agotamiento, cansancio o debilidad.
Dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos.
Dolores de cabeza.
Irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños).
Mareos o desmayo.
Síntomas del golpe de calor (situación muy grave):
Temperatura del cuerpo de 39° a 40°, o mayor (medida en la axila).
Piel roja caliente y seca (agotamiento de la transpiración).
Respiración y frecuencia cardíaca acelerada.
Dolor palpitante de cabeza.
Alteración del estado mental y del comportamiento: vértigos, mareos desorientación, delirios, confusión o pérdida del conocimiento.
Convulsiones.
¿Quiénes son los más vulnerables ante estas lesiones?
Los menores de 5 años, y más aún los menores de 1 año.
Los niños con enfermedades crónicas (cardíacas, renales, mentales o neurológicas, etc.).
Los niños con fiebre por otra causa o diarrea.
Los niños obesos o desnutridos.
Los que tienen la piel quemada por el sol.
Los jóvenes que abusan de bebidas con alcohol y drogas.
Prevención de ambos cuadros: 
Cuidar la hidratación y la alimentación:
o Dar el pecho más frecuentemente a los lactantes.
o Ofrecerles a los niños abundante agua segura y jugos naturales durante todo el día.
o No ingerir bebidas con cafeína o con azúcar en exceso.
o No consumir bebidas muy frías o calientes.
o No ofrecer comidas pesadas.
Reducir la actividad física en los horarios de mayor calor.
Permanecer en lugares ventilados y frescos.
Consejos para los más pequeños:
Vestirlos con ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros, e incluso desvestirlos.
Bañarlos y mojarles el cuerpo con frecuencia.
Proponerles juegos tranquilos.
No exponerlos al sol entre las 10:00 y las 16:00 horas.
Mantenerlos en lugares bien ventilados, usar ventiladores o aire acondicionado (ya sea en la casa o lugares públicos) cuando la temperatura ambiente sea muy elevada.
No permanecer nunca con ellos dentro de un vehículo estacionado y cerrado.
Consejos para los jóvenes y adolescentes:
o No consumir bebidas con alcohol, ya que estas aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido. No es conveniente tomar cerveza ante la sed y el calor.
o Evitar esfuerzos físicos o actividades deportivas exigentes.
o Sentarse y descansar cuando sientan mareos o fatiga.
o Recordar las recomendaciones generales sobre la hidratación, la alimentación y refrescar el cuerpo.
Cuidemos a los abuelos mayores y a los más chicos: ellos son muy vulnerables al calor.
Consejos a tener en cuenta ante la presencia de estos trastornos:
¿Qué hacer con un niño que presenta agotamiento por calor?
Ofrecerle agua fresca y agua con ½ cucharita de sal por litro.
Trasladarlo a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado.
Desvestirlo y exponer el cuerpo al fresco.
Ducharlo o mojarle todo el cuerpo con agua fresca.
Hacer que esté quieto y descanse.
Consultar con su pediatra o llevarlo a un Centro de Salud.
En el caso de los lactantes, es esencial darles el pecho con más frecuencia.
¿Qué hacer con un niño que sufre un golpe de calor (cuadro muy grave)?
Llamar inmediatamente a un servicio de emergencia o ir con urgencia hasta el Centro de Salud.
Llevarlo inmediatamente a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado frío.
Quitarle la ropa y enfriarlo rápidamente, mojándole con agua fría todo su cuerpo.
Darle de beber agua (si está consciente).
¿Qué no hacer?
No administrarle medicamentos antifebriles.
No friccionarle la piel con alcohol, pues eso causa intoxicación.
RECUERDE QUE ESTOS SON SOLO CONSEJOS GENERALES Y QUE ANTE CUALQUIER DUDA DEBE CONSULTAR SIEMPRE CON SU DERMATÓLOGO.

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